Entre los tratados de Aristóteles que en mayor medida contribuyeron a
modelar el repertorio de conceptos básicos con que la tradición
occidental ha intentado explicar el mundo se cuentan Categorías y Sobre
la Interpretación. Cada objeto de experiencia parece hallar un lugar
preciso en el minucioso inventario diseñado por Ar
istóteles
para distinguirlos, ordenar nuestro discurso acerca de ellos, y evitar
las confusiones y sofismas a que da lugar una clasificación vaga. A la
luz de Categorías, el Universo se presenta ordenado en tipos o clases de
entidades (substancias, cantidades, cualidades, relaciones, etc.). Por
su parte, Sobre la Interpretación muestra cómo la combinación de esos
ítems en el discurso predicativo da origen a la verdad y la falsedad,
esas propiedades de los enunciados sin las cuales no es posible avanzar
en el conocimiento del mundo. Sometidos durante milenios a un intenso
escrutinio crítico por parte de comentaristas exigentes, ambos tratados
conservan intacto su poder de estimular la reflexión. Ignorarlos es
privarse de una pieza central en la arquitectura intelectual de
Occidente, de lectura indispensable para todo interesado en la historia
de la filosofía, de la lógica y de la ciencia. ARISTÓTELES (384-322
a.C.) nació en Estagira, Macedo-Lnia. A la edad de 17 años se radicó en
Atenas, donde cursó estudios en la Academia fundada por Platón. Tras la
muerte de su maestro, dejó Atenas, a la que sólo regresó en 335, para
establecer su propia escuela filosófica. La fecundidad de su pensamiento
se patentiza no sólo en su crítica y desarrollo de temas platónicos,
sino en una extensiva producción personal, que abarca todas las áreas
del conocimiento humano. En muchos casos, los escritos de Aristóteles
inauguraron (y orientaron durante milenos) las respectivas disciplinas.